Hacía quinze años que mi hijo no había visitado a sus tíos en California. Fue allá este verano para verlos y también para poner al día sus recuerdos de ese estado. En vísperas de su salida de San Francisco, pasó la tarde con su prima, que se interesa mucho por los derechos de las mujeres. Ese tarde mi hijo vio más de la cuenta.
Su prima lo llevé a un viejo teatro, El Deposito, para asistir a una tarde de “Levantamiento de conocimientos”, en jerga moderna. Tras unas piezas cortas, el animador empujó sobre el estrado una gran jaula conteniendo una mujer negra completamente desnuda que se puso a contar la historia de la esclava que representaba. Relató que la habían llevado a Europa para exhibirla como una cosa rara. Añadió : “después de mi muerte, me cortaran el sexo, que exhibieron en un flasco en un museo en París, hasta 1992.”
En ese momento, me dijo mi hijo, sentía náuseas. Además pensaba para sus adentros : “ojalá no descrubran que soy francés.” Antes de terminar, esa mujer pidió a la audiencia : “¿ Quién tomó tu alma?”, eufemismo por “¿ Quién te violó ? ” Hubo un silencio, pues un coro de voces comenzó a clamar : Orlando.. Stanley.. Mickey .. Daddy. Ahora a mi hijo le puso la carne de gallina.
Al día siguiente, camino al aeropuerto, su tío le pidió : “¿ Qué tal la tarde pasada con tu prima ? ” Debía darse cuenta de la clase de función que interesa a su hija porque se rió de todo corazón cuando mi hijo respondió simplemente : “Completó de manera interesante mi educación californiana”.