Recientemente, Sophia Loren estaba en Toronto, para firmar copias de su libre de cocina, Recetas y Recuerdos Aunque ella no lo sabe, existen vínculos entre Sophia Loren y yo. No se trata de cocina porque soy muy mala cocinera, y salta a los ojos que ne se trata de mi físico. Se trata de mi yerno.
Conocía apenas a mi yerno cuando vinió con mi hija a visitarme, pero de pronto descubrí que era un encanto de hombre, generoso, atento,y gracioso. Aun se encargó de la cocina, quizás con un móvil ocultó el de bien comer. Al perecer, no tenía defectos.
Pues, una tarde mirábamos una película en la cual Sophia Loren hacía un papel. “¿Qué edad tendrá, Sophia Loren ?” preguntó mi hija. Respondi mi yerno : “Es una vieja.” Su respuesta me disgustó porque Sophia Loren y yo tenemos alrededor de la misma edad como dije brusquamente a mi yerno. Y añadié, de broma, “Además, soy un poco bruja y capaz de hechizar. Ten cuidado.” Dentro de cinco minutos, mi yerno se puso pálido y corrió al cuarto de baño, donde perdió su cena. (La había cocinado yo misma y también padecía indigestión. Pero no quería admitirlo.) Cuando mi yerno volvió le salí “Te lo decía.” Nos reímos juntos pero de vez en cuando me miraba de reojo como si creyera en mis poderes de brujería.
Después de su salida, me quedé con mi buena opinión de él. Pero quizás me tomaba por una vieja bruja, en todos los sentidos de la locución. Sin embargo un día mi hija me informó que su marido quisiera que les acompañara de viaje. “¿ Estás seguro ?” le había preguntado mi hija que ha perdido todas las ilusiones sobre su madre. Mi yerno habîa respondido : “¿porque no ? A mi me encanta esa mujer.” En ese momento decidé guardarle en la familia para siempre y también quitarle el rechizo. Pienso que Sophia Loren aprobaría mi decisión.