A mi me entusiasma la ópera, pero mi hijo la abomina, y puso mala cara cuando logré comprar entradas revendidas para una representación en la Opera Garnier en Paris.
Por la tarde, subimos la grandiosa escalera de mármol tan resbaladizo que a cada momento temía deslizarme. Subimos y subimos hasta el gallinero. Con los brazos un poco más largos, habría podido tocar la araña del techo. Mirando alrededor me di cuenta que toda nuestra línea consistía en touristas que habían comprado entradas revendidas, incluso una pareja rara que de nada tenía cara de aficionados a la ópera. Pero las apariencias pueden engañar porque tras diez minutos de canciones en alemán, la mujer mostró su saber, diciendo: “debe ser una ópera alemana.”
Mucho más tarde, bajó el telón, se encendieron las luces, y se levantó la gente. Me aseguró mi hijó que la ópera se había terminado, y cuando protesté que no podía ser el fin porque los cantantes no habían salido a saludar, me dijo : “Así es por aquí. ” Como había pasado tres años en Francia, me sentí obligada de creerlo, y bajamos casi hasta la planta baja. Pero en la escalera sólo había cuatro gatos y eso me puso la mosca detrás de la oreja, aunque con retraso. Al preguntar a un acomodador, aprendí que era solamente el entreacto. “No vas a subir de nuevo”, exclamó mi hijo, pero no había pagado un ojo de la cara para perder el fin, y subimos otra vez. Noté que nunca volvió la pareja rara. Sin duda había tomado el entreacto por el fin. ¡Que imbéciles!
No creía que mi hijo me había jugado una mala pasada de intento, pero tenía malas pulgas, y le pregunté porque no se había dirigido él mismo a un acomodador y antes de que bajábamos la escalera. Su repuesta era : “No quería que me tomara por un idiota.” Parece que no le molestaba si su madre hacía ese papel. ¿ La ópera que vimos ? Era “El escape del serrallo.” Pero desde esa noche la llamo “El escape frustrado de la Opera Garnier.”
” il n’y avait pas que 4 chats sur l’échelle et cela a mis la mouche derrière mon oreille” doit être plutôt : il n’y avait pas un chat et cela m’a mis la puce à l’oreille.
L’opéra n’est pas vraiment non plus my cup of tea !
Encore une autre traduction : un couple qui n’avait pas du tout de visage d’opéra” Ta mère avait beaucoup d’humour ! Tu as dû bien rire avec elle .