Dejé de mirar telenovelas, a causa de lo que me parecía su inverosimilitud. En las telenovelas, casi cada vez que llaman a la puerta, aparece un extrañjero proclamando : “Yo soy tu medio hermano; o tu padre que creías muerto; o tu gemelo sequestrado al nacimiento.” Sé que eso no es cosa inaudita, porque mi cuñado tiene a un medio hermano, de cuya existencia no estaba enterado durante muchos años. Sin embargo, me parecía increíble que en tantas telenovelas, parientes antes desconocidos estaban hasta en la sopa. Pues la suerte me dió una sorpresa.
En mi propio caso, nadio llamó a la puerta, pero un día mi hija me llamó por teléfono desde la isla francesa, al poco de irme de allá. “No sé como decirte eso”, tartamudeó. En madre típica me imaginé inmediatamente lo peor, por ejemplo una enfermedad grave. Continuó mi hija (yo, por una vez, había perdido el habla) : “Abrí tu correo como me dijo hacer, y hay una carta para ti que comienza, ” No me conoces, pero soy tu medio hermano Eduardo”.” Sentí tan alivio que solamente me reí y contesté : “¿Es todo? Así no es nada serio.” Añadió mi hija, también con una risa : “Además creo que debe ser verdad que es tu hermano, porque a juzgar por el principio, no anda con rodeos, y le falta tacto, igual que tú.”
Ahora tuve que poner al corriente a mi hermana. Con la opinión (falsa por supuesto) de mi hija sonando en mis oídos, marqué el número y tras las fórmulas de cortesía acostumbradas, le pregunté : “¿Que tal el medio hermano de tu marido? … A próposito, nosotras también tenemos a un medio hermano.” Estaba muy contenta de mi discreción, y no comprendí porque mi hermana parecía muy perturbada. Al fin y al cabo, en una familia, más vale uno más que uno menos, ¿Verdad?
Todavía no miro telenovelas, pero he terminado de criticar su carencia de verosimilitud, y ahora me pongo muy nervosia cuando llaman a la puerta. Después de todo, si tengo a un medio hermano, no es imposible que tengo a otros, y aun si se dice, “cuanto más, mejor,” todo tiene sus límites, con excepción, por supuesto, de las telenovelas.
Histoire vraie ? Tu aurais un demi-oncle Eduardo ?