Zazie es el nombre de una muchacha ingenua cuyas aventuras divertidas se puede ver en la película “Zazie en el metro.” “Zizi” es una palabra francesa para el pene. ¡ Es para confundirse uno !
En mi opinión, mi yerno, quizás a causa de sus ojos absolutamente redondos, parece tan ingenuo como Zazie. Pero no todo el mundo lo considera así, como descubrí un día en el metro, durante las horas punta.
En aquella ocasión, mi yerno observó a una joven mujer de pie. Porque no habla inglés, le hizo unas señales con la cabeza para indicarle que había sitio a su lado. La mujer, equivocándose sobre sus intenciones, y tomándolo por un sátiro, se alejó precipitamente, la cara roja de indignación.
Desde entonces mi hiya y yo, en broma, tratamos a su marido de mujeriego y de lobo en piel de cordero. Además no perdimos ninguna ocasión para contar la historia. Pero una vez, al contarla a una amiga, terminé diciéndole, “Era exactamente como zizi en el metro.” Respondió mi amiga, burlándose de mi lapsus freudiano, “En ese caso, no me asombra la reacción de la mujer, porque mostrar el pene el en metro, – eso no se hace.”
El otro día, en el supermercado, oí por casualidad otro lapsus freudiano. Como un hombre contestaba el precio que acababa de pagar por un frasco de salmueras o “Dill Pickles”, la cajera cogió su interfono y gritó – para que la oyeran hastas las nubes – “Please send someone to the customer service desk to adjust a gentleman’s pickles.”
Me alejé tan rápidamente como la mujer en el metro, porque no quería ser espectadora de tal procedimiento.